sábado, 30 de abril de 2011

SÍNTESIS TEÓRICA ENTRE KARL MARX Y MAX WEBER

Al momento de realizar un acercamiento a estos dos autores, de inmediato llega la pregunta de qué tan alejados o cercanos están en sus pensamientos, llegan tesis que dicen que Weber escribió entorno a Marx o en respuesta a Marx, otros que piensan que Weber lleno el vacío que no pudo terminar Marx, etc. 

En el siguiente ensayo se tratará de evidenciar qué relación se puede encontrar en  Marx y Weber. Para dicho trabajo se tomarán conceptos como el de clase social, burocracia, religión, etc., que muestran dos caras de la moneda en estos autores, en algunos se podrá ver lo cercano que estaba Weber de Marx y en otros se evidenciara un alejamiento de concepciones. También se hará especial hincapié en el texto de Weber, La ética protestante y el espíritu del capitalismo, texto que se presta para muchas interpretaciones en cuanto a Marx y al Marxismo de la época.

1. Contexto histórico y posición de Max Weber en cuanto a Marx y el Marxismo

Al tratar de realizar una relación entre Marx y Weber hay que tener en cuenta la época de cada uno de ellos, y es que para cuando Weber iniciaba su desarrollo intelectual, Marx se encontraba en sus últimos años de vida, llegando a morir cuando Weber tenía 19 años.

Por tal motivo Weber no conoció toda la obra – de por sí inconclusa- de Marx,  ya que aun después de la muerte de Weber en 1920 todavía no se había publicado algunos libros del trabajo de Marx.

Es por tal razón que se dice que Weber más que realizar una crítica a Marx la realiza al marxismo de la época al considerarlos deterministas económicos que ofrecían teorías mono-casuales de la vida social[1], es decir, pensaba que la teoría marxista explicaba todos los desarrollos históricos a partir de la aspectos económicos, pero éste más que ser un fundamento expuesto por Marx era una características de los marxistas posteriores a él. Uno de los aspectos que mas incomodaba a Weber de la teoría marxista era la de que las ideas eran reflejos de los intereses materiales, y en especial intereses económicos, por lo cual éste centró su interés en los efectos que tenían las ideas sobre los aspectos económicos.

Como es bien sabido Marx centra su atención hacia el capitalismo, enfocando su trabajo hacia una teoría sobre éste, mientras que Weber en la perspectiva de darle más interés a las ideas que a los aspectos materiales, considerando a las ideas como fuerzas auténticamente autónomas[2], centra su atención hacia una teoría del proceso de racionalización.

Es por tal motivo que algunas veces se entra en la determinación de centrar posiciones en cuanto a estos dos autores, considerando que Marx le da supremacía a las condiciones económicas y por otro lado Weber cree que otros aspectos sociales como la política, la religión pueden tener incidencia y mayor supremacía sobre las condiciones económicas.

Estos aspectos y otros tratarán de ser problematizado en los siguientes acápites, en los cuales se busca evidenciar que relación se da entre estos dos maestro de la sociología clásica. 

2. La “Ética protestante” y el “Espíritu capitalista”

Correlación Economía – Religión  
Como se menciono al principio, son varios los autores (Parsons, entre otros) que creen que La ética protestante y el espíritu del capitalismo es una refutación a Marx, pero como lo evidencian Michael Lowy en “Dialéctica y Revolución”  y Joseph Gabel en “Una lectura marxista de la sociología religiosa de Max Weber”, son más los acercamientos teóricos que se encuentran entre Marx y Weber en dicho libro que las refutaciones conceptuales.

De acuerdo a la problemática que se evidenció al final del acápite anterior, en la cual Weber al contrario de Marx no le da supremacía a las condiciones económicas sobre otros aspectos sociales sino que cree que aspectos como la política y la religión pueden tener incidencia sobre las condiciones económicas, queda refutada al evidenciarse lo siguiente:

En su introducción de los Gesammelte Aufsätze zur Religionssiziologie (1920) – en la cual el primer volumen es la Ética protestante… - Weber sostiene que: “Se tratará, pues los rasgos distintivos del racionalismo occidental y, en el interior de éste, de reconocer las formas de racionalismo moderno, y después de explicar su origen. Toda tentativa de explicación de éste orden deberá admitir la importancia fundamental de la economía y tener en cuenta, ante todo, las condiciones económicas”[3].

Por otra parte en la Ética protestante se tiene la concepción de que Weber cree que el espíritu del capitalismo no podría ser otra cosa que el resultado de ciertas influencias de la reforma protestante, pero dicha tesis queda fuera de forma cuando Weber en una parte del mismo libro escribe: “Por otra parte, es imposible sostener una tesis tan fuera de razón y doctrinaria, que pretenda que el espíritu capitalista… no podría ser otra cosa que el resultado de ciertas influencias de la Reforma, hasta afirmar incluso que el capitalismo como sistema económico es una creación de ésta”[4].        

Las anteriores citas evidencian que para Weber las condiciones económicas tienen importancia en cuanto a determinar por ejemplo, el proceso de racionalización moderno y que si bien no le da la supremacía que le da Marx a dichas condiciones, éstas son un aspecto fundamental para entender dicho proceso. Para justificar aun más esto y en cuanto a la significación de los aspectos económicos en el proceso de racionalización y sobre la concepción errónea de que para Weber aspectos sociales como los religiosos son capaces de determinar exclusivamente al sistema capitalista y que dichas condiciones económicas no son tenidas en cuenta, en la parte sobre el origen del protestantismo en Alemania se evidencia que los capitalistas se hicieron protestantes y no que los protestantes se hicieron capitalistas. También hay que tener en cuenta que para Weber el capitalismo necesita del apoyo de fuerzas religiosas como también necesitaba del poder del Estado, el protestantismo brindaba un apoyo moral a una tendencia histórica ya existente[5].                    

La Ética protestante más que dar supremacía a los aspectos religiosos o económicos, presenta una correlación  entre éstas dos estructuras culturales: La ética protestante y el espíritu capitalista[6], lo cual desarticula la tesis que pretende colocar en polos opuestos las concepciones de Marx y Weber, y acaba con la dicotomía entre aspectos religiosos o económicos.  

Religión e ideología
Para Joseph Gabel la Ética protestante se centra en lo siguiente: 1) Existe una forma particular de racionalidad necesaria para la expansión la economía capitalista, forma que sería un monopolio del pensamiento occidental; 2) esa racionalidad sería de origen religioso: el puritano, obsesionado por la temible doctrina calvinista de la predestinación, busca los signos de su elección, y los encuentra en su éxito en los negocios.

El puritano cree actuar según la gloria de dios, pero objetivamente su actuación favorece la gloria del capitalismo, esto coloca al hecho religioso como una condición y no como una consecuencia del hecho económico, pero como se evidenció anteriormente dicha premisa queda desarticulada, pero no se niega que dichos aspectos puedan actuar de forma recíproca.

Por lo dicho tal afirmación que dice que Weber hace una refutación al materialismo histórico, queda anulada cuando:
El materialismo histórico no ha negado nunca la acción posible de la ideología – religiosa o no- sobre la economía. Y además en dos capítulos de su Religionssoziologie Weber llega a conclusiones notablemente cercanas a las concepciones marxistas. En los capítulos sobre la sociología religiosa de la India y China, la religión aparece esencialmente como una ideología en el sentido marxista del término, es decir, como un conjunto de ideas utilizadas para resistir al cambio[7], en dichas sociedades el individuo no se ve motivado a adquirir una cultura diferente, en éste caso, la capitalista.

No se puede concebir el concepto de ideología sin el de falsa conciencia y tanto para Gabel como para Lowy, la sociología religiosa de Weber contiene una teoría no formulada de la falsa conciencia, una teoría implícita de alienación religiosa.

Para Marx la naturaleza ideológica de la falsa conciencia se sitúa en la comparación y en la inadecuación típica entre lo que los hombres creen hacer y la función social objetiva de su acción, al igual que Marx, Weber es conciente de que los resultados de la interacción no cubren necesariamente las intenciones de los protagonistas. Y como lo evidencia Wright Mills “el puritano quería servir a dios, y ha contribuido a crear (mas que crear, ayudo a expandir)  el capitalismo moderno”.

De esta forma se presentan la alineación religiosa y la alineación capitalista, los sujetos son dominados por sus propias creaciones, es decir, dios y el dinero. Para Weber los puritanos ven en el trabajo un fin último, pero la lógica capitalista evidencia que el dinero es el fin en sí mismo y el mismo Weber va a admitir de cierta manera la premisa de Marx de que dicho carácter irracional (que tiene su propia racionalidad) es dado por el capitalismo mismo y que no siempre necesita de las influencias religiosas. Como lo evidenció Marx en un aparte del tomo I del Capital, “el capitalista en la medida en que sus actos y omisiones son una mera función del capital personificado en él con conciencia y voluntad, su consumo privado se le antoja como un robo cometido contra la acumulación de su capital”. Es aquí cuando se puede marcar una diferencia entre Weber y Marx, al considerar el primero que dicha irracionalidad se da por fuerzas externas como la religiosa mientras que por otro lado Marx cree que ésta es una característica del mundo de producción capitalista y que no necesariamente necesita de fuerzas exteriores a las económicas.

Para cerrar este acápite, y para evidenciar que así como Weber tiene en cuenta la reforma protestante y su incidencia en la economía, es decir mirar la correlación economía-religión, Marx en los Grundrisse, borradores del Capital, publicados en 1939, 19 años después de la muerte de Weber, escribía: “el culto del dinero tiene su ascetismo, sus renuncias, sus sacrificios, la frugalidad y la parsinomia, el desprecio por los placeres mundanos, temporales y fúgales, la búsqueda del tesoro eterno. De aquí deriva la conexión del puritanismo inglés o también el protestantismo holandés con la tendencia a acumular dinero.”[8]                                   


3. Diferencia y convergencia conceptual: Burocracia y Clase social

Concepto de Burocracia
Éste es uno de los conceptos que más divergencia puede ocasionar en Marx y Weber, esto se evidencia de la siguiente manera. 

Para Marx la burocracia se define como el órgano administrativo por medio del cual se institucionaliza la posición de poder de la clase dominante[9], la cual estará representada en términos de un conjunto de funcionarios administrativos. La función principal de éste conjunto de funcionarios administrativos estatales será la preservación de un sistema productivo y político específico: el capitalista.[10] La burocracia se encargará de resguardar la prolongación y vigencia del sistema capitalista. Al estar inmersa en la lógica del capitalismo la burocracia también se encargará de que la explotación y dominación que se da al proletariado por parte de la burguesía continúe.   

Para Weber la burocracia además de estar representada en términos de un conjunto de funcionarios administrativos también se presenta como un sistema particular que es racional y objetivo, de gestión y acción administrativa. Para él la función de la burocracia estatal capitalista, en tanto cuerpo o conjunto de funcionarios, será el ponerse a disposición de los poseedores o representantes legítimos de los poderes autoritarios de mando, así como de hacer operativas las determinaciones tomadas en los centros e instancias de decisión política.[11] Para Weber el proceso de burocratización se presenta como la modalidad más acorde y compatible con los aspectos sociales y políticos que enmarca el capitalismo.

Es aquí donde se encuentra un primer punto de divergencia entre Marx y Weber, y es que mientras Marx ve un conjunto de procedimientos socialmente ineficientes y a una casta improductiva y parasitaria, Weber observa un sistema de acción de máxima racionalidad y eficiencia técnica.

Pero en dicho concepto los autores también manejan ciertas convergencias entre las que se encuentra que la aparición de la forma organizativa burocrática se da como producto de la creciente complejidad y diferenciación de la vida social, y que la creciente división del trabajo se ve alentada no sólo por la dinámica propia del sistema capitalista sino también por la difusión  de la misma forma organizativa burocrática que trae consigo una especialización del trabajo.
       
Otro punto de convergencia, es acerca de la naturaleza interna de la burocracia como sistema de acción o gestión, en el cual se evidencian los siguientes aspectos: la prueba, la autoridad y jerarquía y el secreto burocrático. La prueba como objetivación práctica de las cualidades operativas de quienes aspiran a obtener es status de funcionario. La autoridad y jerarquía como derivadas del saber y conocimiento de las dificultades que enfrentan las actividades burocráticas. Y el secreto burocrático acerca de qué se hace y cómo se hace, la información y documentación que se maneja y genera.[12]
  
En cuanto a la burocracia y el socialismo, Weber al contrario de Marx cree que un cambio de sistema productivo, del capitalismo al socialismo, tendrá poco impacto sobre la forma organizativa burocrática como modalidad de acción o gestión, en tanto que ésta se mantendrá en cualquiera de los dos sistemas como forma organizacional predominante, ya que dicha sustitución no significará cambio alguno en la estructura y forma de realización u ordenación del trabajo. Por el contrario la generalización de la propiedad estatal representara una burocratización en grado excesivo y, por consiguiente, verdaderas pérdidas en los márgenes de libertad individual y social. 



Concepto de clase social
Marx en su teoría centra su atención hacia la lucha de clases que se da básicamente entre burguesía y proletariado, dicha lucha se ve marcada por la carencia de propiedad y a la división social del trabajo impuesta por el capitalismo. Weber admite la significación de los conflictos de clase en la historia, aunque niega que el papel de la lucha de clases sea tan importante como lo postula Marx, pero dicha importancia se da en el  sentido de que no sólo los interés económicos son de importancia para dicho conflicto sino que también hay que tener en cuenta otros ámbitos de la vida social, por tal razón Weber le da importancia a lo que es la significación histórica de los monopolios de posición social, por lo cual es de mayor interés para él los conflictos entre asociaciones políticas (partidos) y entre naciones-estado que evidencian una lucha por el poder (en especial político).

Como es bien sabido Marx le da una vital importancia a la clase obrera en la lucha por derrocar el sistema capitalista, buscando un cambio hacia el socialismo con la ayuda de una revolución radical, pero Weber ante esto afirma que la clase obrera es incapaz de proporcionar la fuente de dirección política debido a su inmadurez y que dicha esperanza de liderazgo debe ser bajo las condiciones e interés burgueses, por lo cual cree que es equivoco considerar que la revolución radical es el único medio de emancipación política y de adelanto económico de la clase obrera[13] y que como se menciono anteriormente dicha emancipación se daría sólo dentro de los intereses de la burguesía.

Un punto de vista que permitiría ver un tipo de complemento de Weber a Marx, es en cuanto a la estratificación social, y es que como es sabido Marx se ocupo de la dimensión económica de la estratificación, la clase social. Weber va a abrir el panorama al exponer que otras dimensiones de la estratificación eran importantes y que ésta debía incluir la estratificación sobre las bases del prestigio (estatus) y del poder.
                         
Con ésta concepción de estratificación se produce una divergencia en cuanto al concepto de clase de Marx,  Weber define la clase como cualquier grupo humano que esté en la misma situación de clase, es decir, en la misma situación económica o de mercado.[14] Pero para Marx la clase no puede identificarse ni con la fuente de ingresos ni con la posición funcional en la división del trabajo. Y si bien Marx no dio una definición de sistemática de clase esta puede ser entendida como la manifestación del modo de producción de la sociedad en el sentido de que el modo de producción mismo se define por las relaciones que intervienen entre las clases sociales y estas relaciones dependen de la relación de las clases con los instrumentos de producción.[15]    

4. Conclusiones

Después de analizar los dos más importantes sociólogos clásicos, se puede evidenciar que no se trata simplemente de decir que un autor refutaba al otro sino más bien en qué manera se articulan y pueden llegar a complementarse. En el caso de Marx y Weber, se puede ver que a pesar de que en algunos aspectos divergen en otros se correlacionan, como se mostró anteriormente no es necesario enfocar un autor en el ámbito económico  y otro en el ámbito religioso, sino que estos dos aspectos son importante en el desarrollo histórico, en este caso, del sistema capitalista.


Marx logró un trabajo grandioso sobre el ámbito económico, pero debido a su fragmentada obra, no se logró articular otros aspectos sociales y si bien se puede decir que Weber partió del trabajo de Marx (algunos piensan que para refutarlo, otros que para complementarlo) éste consiguió enfocar de manera brillante, una teoría que permitía observar de qué manera aspectos como la política o la religión, podían influir en las condiciones económicas existentes y generar una alternativa a la teoría marxista determinista de su época, la cual explicaba todos los desarrollos históricos a partir de sus fundamentos económicos y que lo llevaron a encontrar un camino hacia  su teoría tipológica.           



[1] RITZER, George. Teoría sociológica clásica
[2] Ibíd.
[3] LOWY, Michel. Dialéctica y revolución. Cap. I: Marx y Weber: notas sobre un diálogo implícito 
[4] Ibíd.
[5] Ibíd.
[6] Ibíd.
[7] GABEL, Joseph. Una lectura marxista de la sociología religiosa de Max Weber.
[8] MARX, Karl. Elementos fundamentales para la crítica de la economía política (1857-1858)
[9] BONETTI, José Andrés. Acerca de la burocracia en Marx
[10] MÁRQUEZ Blas, Ricardo. Teorías clásicas de la burocracia capitalista: Hegel, Marx, Weber y Michels.
[11] Ibíd.
[12] Ibíd.
[13] GIDDENS, Anthony. El capitalismo y la moderna teoría social
[14] RITZER, George. Teoría sociológica clásica
[15] BOBBIO, Norberto. Diccionario de política



Bibliografía


BOBBIO, Norberto. Diccionario de política. Siglo XXI. México. 2005

BONETTI, José Andrés. Acerca de la burocracia en Marx. En: Revista de Filosofía, Nº 34, 2000-1, pp.55-56

GABEL, Joseph. Una lectura marxista de la sociología religiosa de Max Weber

GIDDENS, Anthony. El capitalismo y la moderna teoría social. Idea Books. España 1998

LOWY, Michel. Dialéctica y revolución. Cap. I: Marx y Weber: notas sobre un diálogo implícito. Siglo XXI. México.1995

MÁRQUEZ Blas, Ricardo. Teorías clásicas de la burocracia capitalista: Hegel, Marx, Weber y Michels.

MARX, Karl. Elementos fundamentales para la crítica de la economía política (1857-1858). Siglo XXI. Argentina. 1971

RITZER, George. Teoría sociológica clásica (3ed.).McGraw-Hill. España. 2001

ROTH, G.: Max Weber y el marxismo. En: ECO. Noviembre 1983, Nº 265

WEBER, Max. La ética protestante y el espíritu del capitalismo. Ediciones península. España. 1973   

DIALÉCTICA DE LA ILUSTRACIÓN, EL DESENCANTO DE LA RAZÓN.

Introducción
La razón sería el fundamento esencial de la Teoría crítica, concepto basado en la herencia proveniente desde los clásicos griegos, pasando además por Kant y Hegel. La razón consistirá entonces en un proceso de análisis causal basado en comprender desde una dialéctica histórica las contradicciones que allí se producen y que permiten de alguna manera entender y explicar las causas de la dominación.

Esto además mediado por los aportes de Max Weber sobre racionalidad y racionalización que van a ayudar a entender dicha dominación, ya que evidencia de manera más acertada el concepto de racionalidad instrumental, la cual ejerce un papel de dominación sobre la sociedad. Sin olvidar además los desarrollos de György Lukács que articulan las ideas de racionalidad instrumental de Weber y de desarrollo del modo de producción capitalista de Marx, que de alguna manera van a dar aportes a la tesis de la Escuela de Frankfurt.

Adorno y Horkheimer van a evidenciar en su obra Dialéctica de la ilustración cómo la Ilustración oculta dentro de sí los momentos de explotación y horror que se han ido desarrollando a lo largo de la Historia, esto a través de la razón, que guiada en este orden de ideas, lleva a la instrumentalización y cosificación del hombre.

Se tratará en éste ensayo entonces de evidenciar y relacionar los aportes de las tesis de Weber y Lukács con la Escuela de Frankfurt y ver principalmente como éstas influyen en el pensamiento de Adorno y Horkheimer en la Dialéctica de la Ilustración.

 Influencia de Max Weber: racionalidad instrumental
Los trabajos de Max Weber fueron de vital importancia para los autores de la Escuela de Frankfurt, ya fuera como influencia u aporte a las tesis o como punto de crítica por parte de los autores de las Escuela hacia el teórico clásico. Como es bien sabido las tesis de Weber se caracterizaron por tener una perspectiva diferente a la mostrada por el marxismo clásico y más allá de quedarse con el estudio de la superestructura (el capitalismo), se fijo también en poder demostrar no sólo la influencia de ésta sobre otros ámbitos de la sociedad, sino que supo argumentar por ejemplo la relación entre el protestantismo ascético con el origen del capitalismo. Siendo los estudios religiosos su mayor fuerte y en especial estos fueron los que le permitieron enfatizar en el concepto de racionalidad, concepto que se convierte en característica propia de las civilizaciones y culturas occidentales, y principalmente del capitalismo occidental, siendo la racionalidad un concepto que es central en las apreciaciones teóricas de la Escuela de Frankfurt.        

El concepto de racionalidad de Weber intenta capturar lo propio de esa sociedad moderna y representar el actuar dentro de una organización social que se basa en principios de cálculo, de las condiciones que posibilitan la realización de los fines y que no descansa en normas sustantivas derivadas de valores universalmente aceptados. Dicha racionalidad formal pondera los medios, los fines y consecuencias, su instrumentalidad. Éste racionalismo occidental se ha conformado como un elemento que racionaliza la vida cotidiana, que busca por sobre todas las cosas lo material bajo un pensamiento calculador.

La racionalidad se convierte en un tipo de dominación ya que ésta ejerce su poder sobre el hombre, Weber implanta éste concepto para dar cuenta de algunas regularidades de la acción en las sociedades, mostrando que dicha dominación es el resultado de una asociación entre el ejercicio del poder y la legitimidad existente en la sociedad moderna, esto mediado, para Weber, por aspectos particulares de la sociedad capitalista como lo son el Estado moderno y la dominación legal-burocrática, siendo este enunciado retomado por los Frankfurtianos para explicar la dominación ejercida por la sociedad capitalista. Dicha racionalidad va ser legitimada para Weber y para la Escuela de Frankfurt por la razón técnica, dicha razón se expande más allá de las relaciones económicas a otros ámbitos como las políticas, las sociales y las culturales, convirtiendo la maximización de los rendimientos en un fin en sí mismo. Los avances de la técnica y la ciencia determinan una parte fundamental de los ideales del capitalismo moderno y constituyen la manera más acabada de expresión y contenido del racionalismo que legitima un tipo de dominación, la legal burocrática, que no es otra cosa más que una forma de imposición de una misma razón en todos los campos, “el proceso completo de racionalización, tanto en la fábrica como en cualquier otra parte, y sobre todo en la máquina burocrática del estado, corre paralelo a la centralización de los medios materiales de organización en manos del señor. Por tanto, la disciplina actúa inexorablemente sobre aéreas cada vez más amplias, al mismo tiempo que se racionaliza crecientemente la satisfacción de las necesidades políticas y económicas. Este fenómeno universal restringe cada vez más la importancia del carisma y de las conductas individuales diferenciadas” [1]

Estas interpretaciones weberianas van a ser muy tenidas en cuenta por frankfurtianos como Marcuse, Adorno y Horkheimer (y muchos autores más como Habermas por ejemplo) en El Hombre unidimensional, Marcuse expone que la razón pre tecnológica y tecnológica se vincula a los elementos del pensamiento que se ajustan a las reglas de control y dominación. El dominio es la forma moderna de racionalidad.  Los hombres se someten a la razón técnica, porque no son consientes de dicho sometimiento, ya que el orden que los somete se presenta como una imposición extremadamente racional; a la vez, son los mismos hombres los que reproducen su  propia opresión. Marcuse da cuenta del desvío del proyecto de la razón como emancipación el hombre, convirtiéndose en una racionalización que impone un tipo de opresión y control, apoyado por la ciencia y la técnica.

Para Horkheimer y Adorno, “…la técnica adquiere poder sobre la sociedad, el poder del capital sobre la sociedad, la racionalidad técnica es hoy la racionalidad del dominio mismo, es el carácter coactivo de la sociedad alienada de sí misma… la técnica de la industria… ha llevado solo  a la estandarización y producción en serie y ha sacrificado aquello… Que tenía que ver con la razón y por eso ahora cumple con… su función en la economía actual… la necesidad que podría acaso escapar al control central es reprimida ya por el control de la conciencia individual…”[2]. El desarrollo del sistema capitalista trajo con él un proceso de transformación de lo que Horkheimer va a llamar la razón objetiva en razón subjetiva o instrumental. En Crítica a la razón instrumental, Horkheimer realiza una distinción analítica entre razón objetiva y razón subjetiva, …La razón objetiva alude a la búsqueda del bien supremo, a la acción individual de acuerdo con un sentido, la construcción de una comunidad justa, la realización de la felicidad de los hombres. Consiste en la fundamentación de un orden que a través del conocimiento, lleva a la conciliación del orden objetivo de lo racional (natural) con la existencia subhumana o presa de pasiones…, la razón subjetiva o instrumental, se trata de una concepción que tiene como rasgo fundamental la consideración de lo inmediatamente útil y funcional con vistas a la obtención de un fin claro, la adecuación de modos de procedimiento a fines aceptados que “se sobreentienden” encaminados a la satisfacción práctica de un sistema de necesidades…[3] la Crisis moderna, empieza cuando se da el paso de la razón objetiva a la razón subjetiva, predominando esta última en la sociedad moderna, dándose que La “razón subjetiva” es aquella “actitud de la conciencia” que se adapta sin reservas a la alienación sujeto/objeto, espíritu/naturaleza, razón/sentimientos. La “razón objetiva” es el intento de evitar que la existencia quede a merced del ciego azar, pero que corre el riesgo de tornarse ilusoria, quedarse a la zaga del desarrollo técnico de la ciencia y crear ideologías reaccionarias[4]

El desarrollo de la razón subjetiva trae consigo un proceso de deshumanización, debido a que el individuo se ve privado de una racionalidad dispuesta a orientar su práctica humana, dicha razón instrumental que de alguna u otra medida como se explicó anteriormente avanza hacia otros ámbitos de la sociedad y del sistema económico llegando a alienar a los individuos con sus prácticas e intereses tecnisistas, todo esto a través de la ciencia y su ideologización que ayudan a validar el orden social establecido mediante su carácter de tener la verdad única.     

Para terminar en cuanto a la relación o influencia de Weber, éste ahondo en sus escritos metodológicos y en su polémica con Rickert, en la relación existente entre valores y ciencia. Sosteniendo que la ciencia debía ser objetiva, pero valorativamente neutral, y esencialmente instrumental, es decir, sólo debía establecer los mejores medios para un fin, fruto de juicios de valores supra científicos, que en última instancia se encontraban en la esfera de lo político. La Escuela de Frankfurt como es bien sabido y lo expone la empresa que emprendió, tomará una posición opuesta respecto a este ámbito.

György Lukács: Relación entre racionalidad y desarrollo del modo de producción capitalista
Lukács tiene una gran influencia de las ideas postuladas por Max Weber, ya que Lukács estudio con Weber, de ahí la gran influencia que tuvo este último sobre el húngaro. El papel y la influencia de Lukács va a ser importante para la Escuela de Frankfurt en la medida en que articula las ideas de racionalidad instrumental de Weber y de desarrollo del modo de producción capitalista de Marx, lo cual va a ser de mucho valor para las bases teóricas de los autores de Frankfurt.

Teniendo esto en cuenta se analizara primero las tesis de Weber que recoge Lukács, la continuidad que les da éste último, y la manera en que Horkheimer  y Adorno se basan en las ideas de Lukács para formular las tesis de la Escuela de Frankfurt y específicamente en su obra Dialéctica de la Ilustración.

El pensamiento político de Weber va a estar planteado desde la necesidad de tener una organización de tipo técnico-burocrática, que permita la organización social y sobre todo que el funcionamiento del Estado se dé como el de una empresa.  Dicha organización técnico-burocrática debe ser equilibrada con las acciones racionales con arreglo a valores derivadas de otras esferas por ejemplo la cultural, de funcionamiento social, esto con el fin de que no haya un desencantamiento del mundo y sobre todo que se pueda mantener el tradicional funcionamiento institucional, el cual puede ser destruido por el cambio que se estaba dando hacia una sociedad más compleja. Es aquí cuando Weber formula una triada entre el andar del proceso civilizatorio y el funcionamiento social y cultura tradicional.

Lukács va a tomar las tesis de Weber para ampliar los “horizontes disciplinarios” del Marxismo, ya que si no se daba un giro en cuanto a sus tesis, el marxismo decaería completamente, a pesar de haber estudiado con Weber y retomar algunas de sus pensamientos Lukács va a ser principalmente marxista y sobre todo materialista, y siguiendo la idea de abrir los horizontes del marxismo, se encargo de tomar otras nociones que encajaran con el pensamiento materialista, totalizador que se preguntaran por las consecuencias prácticas de la teoría, algo que sin lugar a dudas va a ser de vital importancia para las tesis frankfurtianas.   

Lukács observó en su momento el proceso de "complejización social" descrito tanto por Weber como por Simmel (con quien también estudio), y que desembocó en el análisis de la expansión de la burocracia y los procesos de racionalización social anclados en una extensión de los tipos de acción racional con arreglo a fines. El sociólogo húngaro relaciona el pensamiento de Marx y Weber, dando ésta relación sus frutos en su teoría de la cosificación de la conciencia del proletariado. Lukács como se menciono anteriormente observó el proceso de complejización y de expansión del dominio técnico-burocrática surgido en la extensión de las acciones racionales con arreglos a fines, pero a esto le agrega y lo relaciona con la expansión del capitalismo, y en especial con la difusión de la forma mercancía, tesis que retoma de los trabajos de Marx.  

Lo que argumenta Lukács es una articulación que relaciona desde el marxismo una teoría de la racionalización social burocrática, teniendo como base teórica el desarrollo de producción capitalista expuesto desde la teoría marxista.  Dicha teoría se puede resumir de la siguiente manera:
“La expansión de la burocracia, de las instituciones complejas y de su racionalidad con arreglo a fines está íntimamente ligada a la expansión de la "forma" mercancía y al proceso de división del trabajo creado por esa misma expansión, a su valorización en tanto desarrollo del capital; con el agregado de que esta expansión ahora llegaba al conjunto de las esferas sociales mucho más completamente de lo que había podido observar Marx. Es así que esta noción de calculabilidad relacionada con el fetichismo propio de la expansión de la mercancía en la sociedad capitalista se extiende a producir una cosificación de las relaciones sociales, un extrañamiento de los productos producidos respecto de sus productores en tanto que objetivación y cosificación, que extendida se hace presente en las propias relaciones entre los productores e incluso en el conjunto de los intercambios humano.”[5]

Lukács va a evidenciar que las acciones de los actores están determinadas por el funcionamiento social, en el cual se expresan la fetichización y la cosificación. Lukács se encarga de dar un sentido materialista y dialéctico, de las contradicciones sociales que se presentan entre la dinámica de la acción y la estructura social y también entre las diferentes prácticas de los diferentes actores determinados a su vez por el lugar desigual -y no sólo diferente- que ocupan en la estructura social.

Como es bien sabido la Escuela de Frankfurt pretendió reconceptualizar y reactualizar la teoría marxista, buscando sobre todo explicar de un modo materialista el funcionamiento de la sociedad capitalista de la época, teniendo en cuanta que Lukács buscaba lo mismo para el marxismo, los teóricos frankfurtianos van a estudiar las tesis del sociólogo húngaro, por lo cual las ideas que van a tener de Weber estarán filtradas por el análisis que hace Lukács.    

La relación entre los frankfurtianos y los pensamientos de Lukács se evidencia de la siguiente manera:
“Si bien muchas de estas formulaciones tomaban en consideración los desarrollos lukacsianos sobre los procesos de cosificación de la conciencia y la sociedad, también puede sostenerse que en los autores de Frankfurt encontramos aquí un énfasis mayor sobre los procesos de racionalización técnico-burocráticos extendidos a la propia razón social, lo que en la propia expansión de esos procesos de la mano de la expansión de la producción mercantil y del fetichismo que ella conlleva. No queremos afirmar aquí que los autores de Frankfurt hayan dejado de pensar que las vidas de los sujetos no se desarrollaran en un modo de producción capitalista, pero sí que el énfasis puesto en explicar los procesos de alienación social estuvo más centrado en la expansión de una racionalidad instrumental cerrada sobre sí y expandida al conjunto social que en la expansión de un fetichismo de la mercancía que tenía inscrito el propio dominio de dicha forma de racionalidad”[6]

Teniendo en cuanta las ideas anteriores, en la Dialéctica de la Ilustración, Adorno y Horkheimer se encargaran de exponer de una manera más completa sus ideas sobre el proceso de racionalidad instrumental y la razón, argumentaran principalmente  que la ilustración y el mito tienen conexión desde el inicio de los tiempos, “El mito es ya Ilustración; la Ilustración recae en Mitología” El mito es Ilustración, en tanto que, como narración que es, actúa con un lenguaje (sistema de signos) que a través del ritual mágico pretende influir sobre la naturaleza. Y pretender influir es querer dominar, apropiarse para sí el alma de lo otro. Algo que buscaba la Ilustración por medio de la razón para lograr la libertad de los individuos, pero cuando la razón se vuelve instrumental, dicha premisa cambia y la razón se convierte en un instrumento de dominio más y que al expandirse dicho dominio en el ámbito académico y de la ciencia se hace imposible que se desarrolle una  teoría crítica de la sociedad.    

El Desencanto de la Razón
Teniendo claridad en las influencias recibidas de los principales autores de la Escuela de Frankfurt por parte de Weber y Lukács, se tratará de exponer la idea o tesis en las cuales se fundamenta Dialéctica  de la Ilustración de Horkheimer y Adorno.

La razón es la potencia crítica para construir un sistema abierto del conocimiento, de ahí la búsqueda de una nueva racionalidad en pro de la razón. Pero la realización de la razón como tal, se convierte en un proceso de racionalización social en la cual domina un tipo de racionalidad, la instrumental, que colonizará el mundo bajo el dominio del capital y el poder. Éste es el caso del capitalismo y los procesos de modernización.

En Dialéctica de la ilustración se hace un diagnostico negativo de la modernidad. Una modernidad estatal capitalista cuyo núcleo estructural y dinámico es su tendencia objetiva a devenir en configuración totalitaria, empeñada en desconocer otros tipos de modernidad, ligados quizá a otros tipos de tiempo y espacio ajenos a su perspectiva global del progreso dominante, basado en el proyecto de tecnificación y racionalidad social generalizada.

Para Horkheimer y Adorno si la Ilustración ignora su propia dialéctica (ilustrar la ilustración sobre sí misma), si no asume en sí misma la reflexión sobre su momento destructivo, firma su propia condena. Para estos dos autores la dialéctica es vista como un método según el cual el principio “todo lo racional es real y todo lo real es racional” ha de entenderse no como la aceptación  de la realidad que conduce a la defensa de los intereses creados y del orden establecido, sino en el sentido de que aquello que no se pliega a la razón debe ser desechado históricamente, para dar paso a la transformación social.

Teniendo esta premisa los autores evidencian y tratan de comprender el porqué de la autodestrucción de la Ilustración, ya que la humanidad no ha logrado avanzar hacia una sociedad en la que la libertad sea un elemento preponderante, no ha logrado conseguir la plenitud de la Ilustración, sino que ha retrocedido en el sentido de que cada vez más la civilización se está convirtiendo en una civilización bárbara, todo esto evidenciado en los actos inhumamos que les tocó vivir a los autores frankfurtianos con el nazismo.

Horkheimer en Crítica a la razón instrumental dice que la “La enfermedad de la razón radica en su propio origen, en el afán del hombre de dominar la naturaleza”, es por esto que se dice que la ilustración desde el inicio de los tiempos ha nacido bajo el signo del dominio. Como bien es mencionado en Dialéctica de la Ilustración…El objetivo de la Ilustración fue desde un principio “liberar a los hombres del miedo y constituirlos señores”. Y su programa, “el desencantamiento del mundo” para someterlo bajo su dominio… pero el proceso de Ilustración se revela como un proceso de progresiva racionalización, abstracción y reducción de la entera realidad al sujeto bajo el signo de dominio, del poder. En cuanto tal, éste proceso, que quiso ser un proceso liberador, estuvo viciado desde el principio y se ha desarrollado históricamente como un proceso de alienación, de cosificación. Todo esto mediado porque la razón se convirtió en elemento integrante e inherente de los intereses del sistema, dando su paso a lo que Horkheimer llama razón subjetiva, y que no es sino una razón meramente instrumental, al servicio y en búsqueda de fines que sean de interés para el sistema. Se da un entrelazamiento entre racionalidad y realidad social, en el que se concibe el significado de “naturaleza”, racionalmente, como dominio de la misma. El dominio, la explotación, la cosificación del hombre se ve como algo racional, haciendo que el yugo al que son sometidos los individuos se vea como algo razonable, como algo que se tiene que dar.                    

Adorno y Horkheimer logran hacer una fuerte crítica al proceso de Ilustración a partir de igualar los conceptos de razón y dominio, esto mediante la razón instrumental, por lo cual la importancia Marx, y de Weber y Lukács, los autores mencionados en éste ensayo, que de alguna u otra manera elaboran sus tesis siguiendo más o menos éstas premisas y que sirvieron de influencia para la Escuela frankfurtiana.    

Pero si la razón ya se impregno del dominio impuesto por el sistema capitalista, entonces, ¿en qué quedan las consignas de la Escuela de Frankfurt que veían en la razón el elemento primordial para buscar la transformación de la sociedad?, ¿qué otras alternativas a la razón puede haber para buscar dicho cambio?, el arte como lo menciona Adorno o la religión como lo expone Horkheimer, pero ¿estos elementos no están impregnados también por la lógica capitalista y de dominio? Estos interrogantes no alcanzan a ser desarrollados en éste ensayo, porque eso significaría realizar una re-conceptualización de la Escuela de Frankfurt, la idea de los frankfurtianos en general es tratar de rescatar a la razón de las ideologías y de las luchas ideológicas en las que se ha sumido el mundo, pero hay que ilustrar a la razón o es mejor buscar otras alternativas. Tratar de explicar y argumentar dichas ideas supone una empresa muy grande, que sobrepasan los intereses de éste ensayo.   



[1] WEBER, Max. Economía y Sociedad. Fondo de Cultura Económica, México, 1992.
[2] ADORNO, Th.W. y HORKHEIMER, M. Dialéctica de la Ilustración. Ed. Trotta, Madrid, 1994.
[3] SOLARES, Blanca. Mito e ilustración en el pensamiento de Frankfurt. Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales. México. Vol. 44, No. 182-183, May.-Dic. 2001
[4] Ibíd.
[5] GÓMEZ, Rodolfo. We­ber, Lu­kács y la Es­cue­la de Frank­furt. He­ren­cias no re­co­no­ci­das y di­fe­ren­cias teó­ri­cas des­de una pers­pec­ti­va prác­ti­co-po­lí­ti­ca. Revista Herramienta N° 34 Marzo de 2007. Buenos Aires, Argentina.

[6]Ibíd. 

Bibliografía
ADORNO, Th.W. y HORKHEIMER, M. Dialéctica de la Ilustración. Ed. Trotta, Madrid, 1994.

GÓMEZ, Rodolfo. We­ber, Lu­kács y la Es­cue­la de Frank­furt. He­ren­cias no reconoci­das y di­fe­ren­cias teó­ri­cas des­de una pers­pec­ti­va prác­ti­co-po­lí­ti­ca. Revista Herramienta N° 34 Marzo de 2007. Buenos Aires, Argentina.

HORKHEIMER, M. Crítica de la razón instrumental. Ed. Sur. Buenos Aires; 1969.

LUKÁCS, G., Historia y conciencia de clase, 2 vols., Orbis, Madrid, 1985.

MARCUSE, Herbert, Razón y Revolución, Editorial Altaya, Barcelona, 1999.

SOLARES, Blanca. Mito e ilustración en el pensamiento de Frankfurt. Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales. México. Vol. 44, No. 182-183, May.-Dic. 2001

WEBER, Max, La ética protestante y el espíritu del capitalismo, Península Barcelona, 1987.
___________, Economía y Sociedad, Fondo de Cultura Económica, México, 1992.

lunes, 4 de abril de 2011

OPINIÓN: REFORMA A LA LEY DE EDUCACIÓN SUPERIOR

REFORMA A LA LEY 30: POR QUÉ SÍ, POR QUÉ NO


La propuesta del Gobierno para reformar la ley de Educación Superior (Ley 30 de 1992) causó malestar y deja inquietudes en la comunidad universitaria. Y aunque todos coinciden en que es hora de reformar la norma, existen posiciones del Gobierno y el sector universitario que chocan y motivan, con y sin fundamentos, lamentables y costosos disturbios como los vistos esta semana en varias instituciones públicas.
Han pasado 18 años desde que se expidió la Ley 30 de 1992 y el sector ha cambiado sustancialmente. Para ese entonces, no existía el Viceministerio de Educación Superior, el ICFES no era un instituto dedicado a la evaluación de la educación y el ICETEX no era un banco de segundo piso, por mencionar algunos cambios.    

Aunque la reforma se venía preparando desde la administración pasada, en un trabajo conjunto con el Ministerio de Educación y los rectores de las universidades, la que presentó hace algunas semanas el presidente Juan Manuel Santos es más amplia y con propuestas polémicas. 

Semana.com seleccionó cuatro de los temas más polémicos de esta iniciativa de 144 artículos.          

1. La empresa privada podrá invertir en las universidades públicas 

Para el presidente Juan Manuel Santos, si la educación pública quiere ser competitiva y de buena calidad no puede negarse a la posibilidad de tener fuentes de inversión privada. “Esta propuesta no significa de ninguna manera privatizar la educación pública, ni va a implicar mayores costos para los estudiantes”. 

El Gobierno advirtió que los recursos son limitados, por eso, aliarse con la empresa privada es una alternativa.“Hoy un empresario contrata servicios con la universidad, pero queremos que no solo contrate, sino que invierta capital para desarrollar proyectos específicos, que se meta la mano al bolsillo y genere innovación con las universidades (...) que pongan la plata, vendan servicios, desarrollen conocimiento y ojalá ganen bastante”, explicó la ministra de Educación, María Fernanda Campo.          

Moisés Wasserman, rector de la Universidad Nacional, no ve clara la propuesta. “El ingreso del dinero del sector privado para investigación no es una novedad. Las universidades trabajamos con la empresa desde hace 40 o 50 años. Hay comités universidad-empresa-Estado en todas las regiones del país”, dice.    

Según los rectores una empresa invierte si puede obtener rendimientos o beneficios. La pregunta para las universidades es: ¿qué tanto ese interés privado puede chocar con la misión y con la verdadera función de las universidades? 

2. Más plata para la universidad pública       

El Gobierno propone aumentar recursos para las universidades públicas en un 1 por ciento adicional al IPC en el 2012, un 2 por ciento en el 2013 y un 3 por ciento entre el 2014 y el 2019. Sin embargo, para las universidades, no es suficiente para sobrevivir con el número de alumnos que tienen y tendrán en el futuro. 

La molestia de las universidades públicas está en que el proyecto de ley no incluyó el reconocimiento y el reembolso del dinero que invirtieron en los últimos 13 años para aumentar la cobertura y mejorar la calidad. 

En ese tiempo “nuestro presupuesto se ha mantenido fijo con el Índice de Precios al Consumidor (...) En el año 2009 se hizo una adición de 70.000 millones de pesos, que es muy poco para el sistema de 32 universidades públicas con 600.000 estudiantes. Ese dinero no se ha terminado de pagar y es la única adición que han hecho en ese tiempo”, aseguró el rector de la Universidad Nacional, Moisés Wasserman.            

3. Se crearán universidades con ánimo de lucro   

Es una figura que no existe en el país, incluso paras las universidades privadas, cuyas ganancias deben ser reinvertidas en la institución. Con la propuesta del Gobierno se abre esta puerta que genera inquietudes entre las instituciones públicas y privadas, por el riesgo de que se ponga en peligro la calidad de la formación superior. 

Según el gobierno, Brasil recurrió a este modelo que le permitió el aumento de la cobertura. “En 12 años pasaron de 1’800.000 estudiantes a casi 6’000.000, teniendo un 75 por ciento de instituciones con ánimo de lucro”, resaltó el presidente Santos.   

Para el rector de la Universidad Nacional el tema debe ir más allá de las cifras. “El fin social de la empresa es el lucro. Ha funcionado en países como Brasil, pero hay que ver los dos lados. No son universidades verdaderas; funcionan en forma muy eficiente dando el mínimo posible logrando cobrar el máximo posible, como buena empresa. En Brasil tuvieron un impacto fuerte en cobertura, pero nulo en calidad”. 

Agrega Wasserman que si se plantea crear este modelo, tiene que ser muy equilibrado, como también ocurrió en Brasil. “Hay que fortalecer a las universidades públicas, las que realmente hacen la calidad, dan el impulso y lideran el desarrollo del país”.           

4. Autonomía universitaria        

Es tal vez el tema que más preocupa al sector. Para el Gobierno el proyecto fortalece el aseguramiento de la calidad, la acreditación y la evaluación de la educación superior. Pero para los rectores, el Ministerio de Educación tendría más poder para vigilar y sancionar, lo que algunos ven como una lesión enorme a la autonomía universitaria.     

“Es peligroso para la democracia que se le entregue tanto poder a un organismo ejecutivo, sin controles por parte de los órganos judiciales. La propuesta le da una fuerte capacidad sancionatoria al Ministerio, pero hay que tener cuidado porque realmente puede llevar a abusos”, afirma el rector de la universidad Jorge Tadeo Lozano y presidente de ASCUN, José Fernando Isaza. 
Tomado de: Revista Semana. http://www.semana.com/noticias-nacion/reforma-ley-30-no/154361.aspx (Viernes 1 de Abril de 2011)